José Luis Cortés, destacado investigador, product manager de Lifescience y miembro de Proquinorte, es reconocido por crear las primeras líneas de células embrionarias humanas de Andalucía. Gracias al innovador uso de la tecnología láser, ha conseguido marcar un hito a nivel mundial.
En esta entrevista, Cortés detalla su papel en el desarrollo de las células embrionarias humanas, así como las prometedoras aplicaciones que ofrecen en la investigación médica. También aborda los aspectos éticos y legales en este campo, al mismo tiempo que reflexiona sobre el futuro impacto de la investigación en la comprensión de la biología humana.
- ¿En qué consiste la biología molecular y celular, y cuál es su relevancia en la investigación con células embrionarias humanas?
Toda investigación científica es multidisciplinar. Entonces, para publicar resultados, se realizan experimentos tanto moleculares como celulares. Los experimentos moleculares dan resultados de carácter genético, mientras que los celulares muestran cómo se comportan las células en base a esa condición genética. En el caso de las células troncales embrionarias humanas, observamos su crecimiento y morfología al microscopio, y comprobamos su carácter genético indiferenciado y pluripotencial. Así, demostramos que pueden diferenciarse en cualquier célula y tejido del organismo. - ¿Qué son las células troncales embrionarias humanas y cuál ha sido tu papel en su creación y desarrollo?
Las células troncales embrionarias humanas son un grupo de células que se encuentran en el embrión preimplantatorio, cuando está en estadio de blastocisto, formando la masa celular interna. Estas células -antes de formar el futuro feto y bebé- están indiferenciadas, pero pueden diferenciarse en todos los tejidos del organismo. Como investigador, mi papel ha sido poder aislar ese grupo de células, mantenerlas en estado indiferenciado, y crear líneas celulares que se conservan en el tiempo en un Biobanco. Unas líneas que están disponibles para cualquier investigador que las necesite. - ¿Cuáles son las aplicaciones más prometedoras de las células embrionarias humanas en la ciencia?
Los investigadores implicados en estos estudios deseamos que exista en un futuro una terapia celular con este tipo de células con toda la garantía de éxito. Actualmente, estas células son una herramienta sin precedentes para poder crear organoides en el laboratorio, que simulan órganos, y que nos permiten estudiar modelos de enfermedad in vitro. De todas formas, todavía no es posible, pues queda mucho por saber sobre un posible rechazo a esas células por parte del paciente o un riesgo de tumoración. - El concepto de células embrionarias humanas genera discusiones éticas y morales. ¿Existen leyes que limiten o dificulten la investigación del desarrollo de estas células?
Sí. El aislamiento de la masa celular interna de un blastocisto supone que no va a ser destinado a un fin reproductivo. El poder usar estos blastocistos está regulado por la Ley 14/2006 sobre la Reproducción Asistida y la Ley 14/2007, sobre la Investigación Biomédica.
Así, los investigadores debemos presentar un proyecto de investigación que pasa por diferentes comités científicos y éticos para ser aprobado y recibir una donación a la investigación. En esencia, un proceso muy regulado que se rige por las leyes internacionales de investigación científica.
- En lo que se refiere al debate moral, ¿qué aspectos éticos pueden defender la investigación de este ámbito?
Un sector de la sociedad es contrario a este tipo de investigaciones porque se utilizan embriones humanos. Sin embargo, estos embriones quedan crioconservados en las cántaras de nitrógeno de las clínicas de reproducción. Dado el potencial de las células embrionarias en la biomedicina regenerativa, se propone utilizarlas para tratar enfermedades, siempre dentro de límites éticos y morales. Por ejemplo, la clonación reproductiva está prohibida en la Comunidad científica internacional. - ¿Cuál es tu opinión sobre el avance constante de la investigación en este campo y cómo crees que impactará en el futuro?
La ciencia es apasionante porque avanza a un ritmo descomunal y con hallazgos nuevos casi a diario. Pero también es desconcertante, porque produce estos descubrimientos cuando aún no se conoce casi nada del embión natural. Como dijo Patrick Steptoe, pionero de la fecundación in vitro, en 1978: Estamos en el fin del comienzo, y no en el comienzo del fin. El tiempo nos está dando la razón a los investigadores que pusimos todo nuestro empeño en la derivación de líneas celulares embrionarias. Cada vez estamos más cerca de las terapias celulares con este tipo de células, aunque debemos seguir siendo cautos. - ¿Qué impacto crees que puede tener esta línea de investigación en la comprensión de la biología del cuerpo humano?
Muchos grupos de investigación se dedican precisamente a esto: conocer más sobre nuestra biología y nuestras especialidades. Muestra de ello es el último trabajo donde pude colaborar, publicado en Science, donde demostramos la evolución y actividad antiviral de una proteína humana de origen retroviral en el embrión humano. - En un sentido más amplio, ¿qué efectos presentaría la creación de células embrionarias humanas en la sociedad en términos de ética, regulaciones y avances médicos?
A lo largo de nuestra historia, hemos experimentado significativos avances, especialmente en medicina, pero también malas prácticas científicas. Es crucial tener regulaciones claras para definir límites éticos. Debe haber un consenso internacional en este sentido, que a veces no se cumple entre países occidentales y asiáticos, con el objetivo de mejorar la calidad de vida, alargarla con bienestar y encontrar remedios a las enfermedades. Muchas gracias a Proquinorte por darme la oportunidad de poder expresar mi experiencia y conocimiento en este ámbito de la investigación.