Su éxito industrial radica en su extraordinaria estabilidad química y su capacidad para repeler tanto agua como aceites, lo que los convierte en materiales muy útiles. No obstante, estas mismas propiedades hacen que los PFAS no se degraden en el medio ambiente y se acumulen en organismos vivos, lo que les ha valido el apodo de “Forever Chemicals” o “químicos eternos”.
¿Dónde se encuentran los PFAS?
Su presencia es ubicua. Los podemos encontrar en:
- Productos de consumo: sartenes antiadherentes, envases de comida, cosméticos, productos de limpieza, alfombras y textiles resistentes a manchas.
- Usos industriales: espumas contra incendios, recubrimientos en semiconductores, procesos de galvanoplastia, recubrimientos plásticos y de caucho.
- Cadena alimentaria: peces, carnes y vegetales contaminados a través de agua o suelos expuestos.
- Agua de consumo: una de las principales vías de exposición humana, especialmente en zonas cercanas a focos industriales.
Impacto en la salud humana
Los PFAS pueden llegar al organismo a través de múltiples vías, como el consumo de agua contaminada, contacto con productos de uso doméstico o personal, la ingestión de alimentos contaminados (pescado, carnes), etc.
Una vez ingeridos, los PFAS pueden permanecer en el organismo durante años, lo que multiplica su potencial efecto acumulativo. De hecho, muchas personas en el mundo presentan uno o más PFAS específicos en la sangre, en especial PFOA y PFOS.
Aunque la investigación sigue en curso, diferentes estudios apuntan a que ciertos PFAS (como PFOA y PFOS) podrían estar asociados con cáncer, alteraciones hormonales, problemas de fertilidad, aumento del colesterol, obesidad, y disfunciones inmunitarias.
Retos analíticos: detección y cuantificación
Los PFAS se encuentran en el medio ambiente (agua, emisiones, suelos) en concentraciones extremadamente bajas, en ocasiones en el rango de partes por trillón (ng/L). Esto exige métodos analíticos muy sensibles y validados, entre ellos:
- Cromatografía líquida acoplada a espectrometría de masas en tándem (LC-MS/MS): actualmente la técnica más utilizada en laboratorios de control y agencias regulatorias.
- Espectrometría de masas de alta resolución (LC-QTOF): fundamental para la identificación de nuevos PFAS y productos de degradación.
- Muestreo en matrices diversas: aguas (subterráneas, residuales, potables), suelos, aire y biota.
La validación de métodos por parte de organismos internacionales es clave para asegurar que los resultados sean comparables y reproducibles entre laboratorios.
¿Por qué es un tema prioritario para los laboratorios?
Los PFAS representan un reto en tres frentes:
- Analítico: requieren metodologías de detección altamente sensibles.
- Sanitario: son contaminantes persistentes con posibles efectos adversos en humanos.
- Regulatorio: la legislación avanza hacia límites cada vez más estrictos en agua potable y productos de consumo.
Por ello, los laboratorios desempeñan un papel esencial en la vigilancia, control y desarrollo de nuevas metodologías que permitan anticipar riesgos y garantizar la seguridad de la población.
👉 En próximos años, es previsible que la presión regulatoria y social sobre los PFAS aumente, lo que hace imprescindible que los laboratorios de análisis estén preparados con tecnología robusta y validada para la monitorización de estos contaminantes emergentes.
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