 
                    
                            Durante décadas, el ELISA ha sido el estándar para la cuantificación de proteínas, anticuerpos y antígenos. Sin embargo, la biología moderna —especialmente el campo de los bioterapéuticos y proteínas recombinantes— demanda métodos más sensibles, reproducibles y compatibles con altos volúmenes de análisis.
                        
                        
                     
                         
                                 
                                 
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                         
                         
                         
                     
                     
                             
                             
                             
                             
                             
                             
                             
                             
                     
                    